Martes 27 de Abril, 2010
ATE LOGO PORTUGAL, BONJOUR FRANCIA
La despedida de Portugal se resume en un: “volveré”, este primer viaje duró poco para todas las emociones vividas. Sigo viajando y las historias me traen de regreso (después de varios años) a Francia y a una de mis ciudades favoritas: PARÍS!!!. Al momento de armar mi programación (2010) mis colegas franceses fueron de los primeros en interesarse y confirmar fecha, recibí además la ayuda de una gran amiga narradora francesa quien me ofreció un alojamiento familiar, también hubo mucho interés de parte de las autoridades peruanas y/u organismos peruanos locales pero luego (no entiendo aún porque) no se concretizo ninguna colaboración efectiva.
Llegué al aeropuerto Charles de Gaulle de PARIS, el 27 de abril del 2010 a las 6 de la tarde y como estaba coordinado me alojaría con una amable familia francesa en su casa del centro de Paris, por lo que mi aventura inicial se reducía a llegar desde el aeropuerto hasta aquel hogar llevando mi maleta de 23 kilos por las líneas del Metro de Paris en hora punta :D, todo parecía fácil pero no fue así L
Al ingresar al metro percibí cambios la ciudad como el aumento de personas de otras nacionalidades traducidas en miles de miradas agitadas corriendo de un lado a otro. Luego de varios cambios de línea llegué a donde me quedaría: un simpático edificio de apartamentos de muchos años de vida (las escaleras de madera, las ventanas antiguas y demás acabados me lo indicaban), era un agradable ambiente de hogares. Subí al tercer piso feliz de escapar de un atardecer en la calle, toque el timbre y nadie me abrió, pensé que habrían salido, así que esperé. Allí sentado en esa escalera al lado de mi maletota negra pasaba el tiempo y este me miraba del mismo modo que lo hacían los vecinos que subían y/o bajaban: “con mucha extrañeza”.
Algo que podría ser vanal de comentar pero fue vital, es que el día anterior en Porto, me compré un juguete tecnológico nuevo: “una netbook”, estaba de oferta y pensé que en algo me ayudaría en este año de viajes, y en verdad me ayudo muchisisisimo.
La espera desespera, así que encendí mi juguete nuevo y por suerte encontré una señal wifi sin clave, ubiqué el número de teléfono de la familia, les llamé y escuché el timbre del aparato desde fuera de la casa (por lo menos no me equivoque de dirección). Las ganas de poder descansar en un hogar aumentaban, llamo entonces a un móvil (celular) y me contestan en francés y me nombran con sorpresa “wauokuee?” y yo en un inglés masticado les digo que estoy en la puerta de su casa… y muy brevemente la voz del otro lado de la línea me dice: “sentirlo mucho, sufrir accidente, no poder ayudar, llamar sobrino” y se cortó la comunicación!. Llamé al hijo de mi amiga (que fue uno de los contactos previos que hice) y no contestaba. Que susto y nervios, estaba allí sentado en esas escalerita, sin posiblemente donde dormir en medio de una ciudad tan grande, así que a través de mi nueva y salvadora notebook comencé a mandar mails a las personas y/o amistades que tengo en Paris, volví a intentar llamar al hijo de mi colega y respondió, me dijo que hace unos días me escribieron comentándome del accidente (no grave) de un miembro de la familia y que por tal no podría quedarme allí (lamentablemente justo esa semana tuve problemas con mi cuenta de correo), el amable hijo de mi amiga me explicó que él no podría alojarme esta noche pero que un amigo de él que vivía muy lejos, me podría recibir pero luego de las 11 p.m. porque llegaba tarde de trabajar, me dio la dirección y me pidió que vaya para allá.
El extraño del pelo largo perdido en las calles de París.
Al salir del edificio, estaba cansado y nervioso, mis incertidumbres pesaban más que mi equipaje, pero el peso mayor era la duda de saber si hacia lo correcto: ya casi oscurecía y me dirigía a la casa de alguien que no conocía, en una dirección lejana que no conocía y todo esto recomendado por alguien que tampoco conocía, y por la hora no podía comunicarme con los narradores franceses del local donde haría mi presentación, y para colmo de males, mi celular que me ayudo tanto en mi primer imprevisto para llegar a Bélgica (leer crónica) ahora si murió del todo. Pero no tenía otra opción así que comencé a buscar el metro y de nuevo a viajar por ese laberinto escondido bajo tierra. Cuando llegué a mi último cambio de línea (metro Boulogne Jean Jaures) parado solo en un andén, veo un hombre de rasgos cobrizos que se me acerca y muy sencillamente me dice: “eres peruano?” y con esa simple pregunta se inició una conversación que por fin me hizo sentir recibido y bienvenido en París.
Ahora mismo mi memoria me falla y su nombre se me escapa, pero él apareció de la nada en el momento preciso, me dijo luego: “has almorzado, tienes hambre”, la verdad que mi preocupación y mis nervios no me permitieron percatarme que no había almorzado, igual no tenía hambre pero como tenía tanto tiempo para llegar a la casa recomendada pensé que sería mejor cenar acompañado de un compatriota que estar parado en una calle desconocida. Salimos del metro mientras este nuevo amigo me contaba que tenía ya varios años viviendo en París, que antes vivía en el cono norte de Lima, que ahora se casó con una francesa, que trabaja pintando casas y que si fuera por él me invitaba a su hogar pero que esta no es muy grande. Llegamos a lo que sería un chifa al peso, insistió en invitarme mi primera cena en París, luego se despidió muy amablemente y antes de marcharse me dio muchos buenos consejos.
Sólo de nuevo, pensando en que desajuste hubo en el universo, que acontecimientos mudaron para que en lugar de estar descansando, estuviera en un chifa casi a las afueras de París, solo y sin rumbo fijo a donde ir. No pude escapar de la noche, decidí encender el juguete nuevo y otra vez!!! encontré señal de wifi libre (luego me dijeron que en Paris eso es extraño), y un antiguo colega de mis tiempos de oficina me escribió diciéndome que vivía en Paris y que le avisara de mi presentación, por fortuna lo vi en el chat y rápidamente le conté mi repentina desventura y no demoró en decirme: “Te hospedo en mi departamento a cambio de un autógrafo” (jajaja) acordamos un encuentro en el metro y listo. De repente todo volvía a un orden, en menos de una hora me encontraba con Wilson Hernández, en realidad éramos más conocidos que amigos. Coincidimos en un proyecto social, el cual no acabo en buenos términos para la entidad donde antes trabajaba. Lo que si acabo bien fue este día de incertidumbres, llegué al departamento de estudiantes compartido de mi nuevo amigo Wilson. Luego de una cena, unas bebidas de bienvenida y de comunicarme con mis seres queridos procedí a cerrar la página de esta jornada.
Miércoles 28 de Abril, 2010
Un día de sol no alcanza para París
Un día libre para París es realmente poco y debo de agradecer mucho a Wilson quien rápidamente asumió el rol de anfitrión y preparó un práctico y andante programa para recorrer parte de esta ciudad: la Torre Eiffel (por fin pude subir y bajar en ella y a pie!!!) y todas las avenidas y calles de sus alrededores, algún museo, bibliotecas, universidades, el Moulin Rouge, el Café de Amelie, Montmarte, etc.
En particular recuerdo con mucha gracia (y algo de risueña frustración) el “Café Les 2 Moulins” más conocido como el Café de Amelie donde se filmaron varias escenas de la película del mismo nombre, este local no me recibió con una mesera hermosamente soñadora, de figura frágil con sonrisa idílica como la que encarna la actriz Audrey Tautou, sino que fueron unos fornidos meseros eslovacos que escuchaban una y otra vez un disco de bachata colombiana, pero que importa, llegamos al café de Amelie jejeje. Un gran día de paz y distracción, que contraste de emociones con el día anterior, de verdad cuanto hay que agradecer siempre.
Jueves 29 de Abril, 2010
Ahora si!!! Cuentos peruanos en la ciudad de Babel. / Cuando uno juega a ser un dios del mar con las historias.
9 comentarios:
Mi querido Wayqui muy lindo el relato, spero tenerte por las tierras Tacneñas :) quede impresionada con tu historia en esta web... q me quede prendida de ella hasta el final.. :D
mi hermano, rico q' cosches frutos, miles de exitos
Hola mi estimado amigo, muy linda tu crónica, muchas veces la realidad supera la ficción, me pareció muy curioso lo del cafe Amelie, ojala hubiera aparecido la camarera de la pelicula, pero no se puede pedir todo...un abrazo y muchos éxitos.
José Alberto...
Muchas gracias por invitarnos a ver su gran vije por Europa, que sigan teniendo éxito en su vida y nos seguimos escribiendo.
Hola Wayki que horros sentirse perdido en la ciudad luz, que te brindó oscuridad... Que estrenar juguete, que bueno encontrar wifi libre, que malo una maleta tan grande... Excelente encontrar alguien que te ayude en momentos dificiles, placentero escuchar musica colombiana una y otra vez en un famoso cafè frances... me alegro por todas las travesias y por los cuentos que nunca sobran un saludo
Que buenas crónicas amigo, q ricas experiencias, gracias por compartirlo con nosotros!..
un abrazote!
Wayqui, que buen relato de viaje, esteré visitando este diario mas a menudo, realmente pareciera después de leerlo como si te hubiera acompañado en la travesia, un abrazo desde Bolivia.. ... y sigue cosechando éxitos.. !!
Alejandro
k linda visit ,k buenos cuentosss,y k super tener a wayki contandolos.... las velas,la kalimba ponen el toke d misterio...eres granddd (AnDrEa d la Ucca)
Tus relatos son geniales, eres todo un aventurero!!! :D
Quiero aprovechar para felicitarte por tu cumple, que tengas un día muy lindo, te mando un gran abrazo desde México y besos
*Tessy*
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