Mi primera presentación del 2015 en Lima, es de aquellas que más me gustan.
El camino me llevó a un patio de un centro juvenil de rehabilitación social, 
que se convirtió en un bello jardín de flores. 
Allí conocí a más de 70 niñas y adolescentes 
tratadas por diversos motivos ya como mujeres. 

Compartí con ellas mucho más que historias.
Compartimos risas, sustos, emociones, 
silencios, muchas preguntas y algunas respuestas. 
Por más tiempo del programado fuimos más que iguales 
fuimos una pequeña comunidad de palabras. 

Me gustan tanto estas presentaciones.
Siento que es donde más brillan las palabras.
donde mejor me siento con mi oficio de cuentero 
llevando historias donde hace falta que uno escuche más 
que en los escenarios donde se espera ser escuchado. 

Me gustan estos lugares, donde se respiran sonrisas sinceras 
donde el ego desaparece y no se busca una imagen o título con que lo mencionen 
donde me llaman con cariño: profe, hermano, amigo :D 
Espacios lejos de las insanas criticas anónimas de a espaldas, 
y más cerca de los abrazos verdaderos llenos de gratitud. 

En días como hoy siento que mis historias me son más ajenas 
y que les pertenecen por entero a quienes las desean escuchar, 
 y yo, por simple función, les estoy a su servicio. 
En días como hoy solo me queda agradecer con corazón pleno.
Agradecer por tener este oficio de contar ante bellas flores. 

Muchas gracias Yuliana y Manuel, quienes me contactaron para esta noble labor.
Muchas gracias a Meche y los voluntarios de Efeta 
que me cedieron su tiempo para mi oficio 
millones de gracias al jardín de flores del
Centro Juvenil de Diagnóstico y Rehabilitación “Santa Margarita”.

Nos veremos en el camino.
W

San Miguel, Lima, PERÚ / 31.1.2015

P.D. No se permiten fotos, por eso subo una foto encontrada en google

“Desde mi pequeña experiencia, siento que una de las cualidades más importantes de un cuentero es “escuchar” y “escucharse”, un cuentero no solo habla, no solo expresa con pocas o muchas habilidades, un cuentero se comunica, entabla una conversación, construye una serie de vínculos por esencia.” W.

Recientemente me enteré gracias a la difusión que hiciera el 7/1/2015 nuestro querido “Papo cuentacuentos”, de un artículo periodístico en el cual se refería al arte de la cuentería o narración oral en Lima. También leí las reacciones de varios colegas, algunos comentando, otros criticando, otros dictaminando que es y que no es en este arte tan diverso, etc.

Pero vi que este artículo no era anónimo, estaba firmado y con un e-mail muy visible aún para mis cegatones ojos acusqueñados, que por cierto cada vez menos ven pantallas tecnológicas. Al leer el artículo percibí que era el producto de un trabajo, con graves errores desde mi punto de vista y concuerdo en varios de los comentarios ya expresados por mis colegas, pero este artículo es un trabajo que no siento que lleve mala intención, sino que lamentablemente no recurrió a muchas más fuentes de información, para un mejor análisis.

¿Quién no se ha equivocado en un trabajo? Qué levante la mano el que no lo haya hecho, si tu que me lees reconoces que alguna vez te has equivocado, lo demostrarás al “compartir” este post ;) jejeje

Me puse a pensar (frágil oficio)… ¿alguien se ha comunicado con la periodista?, ¿alguien le ha comentado a ella sus opiniones? ¿Alguien le ha preguntado cómo llegó a estas conclusiones?

Antes de comentar con mayor detalle, preferí ir por el camino de la escucha y del vínculo. Además de mandarle un correo electrónico busqué a la periodista por diversas redes. Luego de intercambiar telegráficos mensajes acordamos hablar por teléfono.

La conversación fue breve pero muy sincera, la Srta. Rocio Romero ha podido seguir y leer algunos de los comentarios y reacciones que este artículo ha generado en parte del colectivo de cuenteros de Lima, le pregunté cómo se sentía sobre lo ocurrido y me mencionó que era el primer cuentero que se ponía en contacto con ella, y que además le preguntaba sobre su sentir. Le comenté que estaba de acuerdo con algunos de los comentarios que ella ya ha leído, me mencionó que todo es un proceso de aprendizaje y que cada persona puede tener su punto de vista. Hablamos de poder generar un espacio para que conozca a más cuenteros  incluso de la idea de escribir un nuevo artículo, algo que a ambos nos pareció alegremente interesante.

Y así quedé con la Srta. Rocío Romero, que a mi regreso a Lima nos reuniríamos a conversar, a comentarle lo diverso del movimiento limeño y del peruano. (Ya les comentaré.)

Sobre el artículo.
Ya lo dije, no comparto las conclusiones a las que se llega en el artículo, ni conozco el proceso de trabajo de las entrevistadas. Siento que la periodista no accedió a más fuentes de información que puedan graficar lo diverso y amplio que es el movimiento de cuenteros de Lima y/o del Perú. Lo que se escribió lamentablemente generalizó la experiencia de dos personas como si fuera todo el que hacer de los cuenteros. Por cierto, que por el hecho de que uno no conozca a las dos entrevistadas, no quiere decir que debamos de menospreciar su punto de vista y su experiencia.

Sobre las reacciones.
Me dio mucha alegría ver como comenzaron a surgir diversos comentarios. Que podamos indignarnos y comentar con libertad es realmente sano y alentador. Deseo de corazón que sigamos así, reaccionando ante los problemas o los buenos sucesos que nos competen a todos, que reaccionemos en colectivo nos acerca más a ver que nos une y no que nos separa.

Pero también, no hay que olvidar (más aún los cuenteros) que: las palabras curan, pero también enferman… las palabras crean, destruyen y reconstruyen. No hay que olvidarnos que detrás de este artículo hay alguien que pudo cometer un error y que con insinuaciones como que el artículo es pagado, o enmarcarla como una distorsionadora… es adjudicarle una intencionalidad de la cual no podemos estar seguros hasta averiguar bien.

Caer en el mundo del “suponer” nos puede llevar a darle una intencionalidad negativa a algo que fue un equívoco en el que cualquiera pudo caer. El suponer nos lleva a crear historias que pueden estar alejadas de la realidad y por tal crear muros, distancias, separaciones y hasta bandos.

Y nosotros… ¿qué?
Siento que esto también nos demuestra la necesidad de ordenarnos más, de seguir trabajando y que sea nuestra labor la que hable.

Para que nos reconozcan otros, nos hace falta primero reconocernos entre nosotros. Nos toca ver más lo que nos acerca y no lo que nos separa. Este proceso ¿será lento? Algunas energías tienen que liberarse y muchos sinceramientos tendrán que ocurrir… Así como señalamos lo nos distorsiona, también hay que señalar lo que nos divide.

Por eso siento que esto que ha sucedido es una oportunidad (más) para que nos veamos a través de otros ojos… para que nos veamos con nuestros más sinceros ojos…

Nos vemos en Lima. Saludos muy felices desde mi casita en el Valle cusqueño. :D :D :D

Wayqui.
Cusco, Perú / 15.01.2015

P.D. etiqueto a la mayor parte de colegas y/o interesados en este tema, hay algunos a quienes no puedo etiquetar puesto que no los tengo visibles o en los vínculos del Facebook.

Ah!, si recuerdas y reconoces que alguna vez has cometido un error pues dale a compartir a este post. :D
y… ¿qué piensas de la reunión para conversar? Sería genial poder ir también por este camino, esta es una oportunidad!

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