Viernes 23 de Abril, 2010
VAARWEL BELGIË (BÉLGICA), OI PORTUGAL !!!
Mi familia Belga, me fue a recoger al castillo del festival (si tribu aunque no lo crean, el flamenco es parte de mis palabras familiares), pero fue un viernes demasiado breve, sobre todo si el tiempo no alcanza para darnos todos los abrazos que nos debíamos y los sentimientos no encuentran todas las palabras para expresarse y los que saben mencionarse, se nos atoran en la garganta no pudiéndose decirse. Las horas pasaron en intensas conversas acompañados de cafés, chocolates, cervezas, chocolates, cervezas, chocolates y cervezas (estamos en Bélgica señores!) y mucho cariño, y cuando menos lo queríamos ya había que ir de nuevo al aeropuerto, unas cervezas más de pretexto y el avión ya aguarda. Afortunadamente Clara Haddad también vino al Festival de Bélgica y con ella de guía arribamos a mi siguiente destino en Europa: PORTUGAL.
VAARWEL BELGIË (BÉLGICA), OI PORTUGAL !!!
Mi familia Belga, me fue a recoger al castillo del festival (si tribu aunque no lo crean, el flamenco es parte de mis palabras familiares), pero fue un viernes demasiado breve, sobre todo si el tiempo no alcanza para darnos todos los abrazos que nos debíamos y los sentimientos no encuentran todas las palabras para expresarse y los que saben mencionarse, se nos atoran en la garganta no pudiéndose decirse. Las horas pasaron en intensas conversas acompañados de cafés, chocolates, cervezas, chocolates, cervezas, chocolates y cervezas (estamos en Bélgica señores!) y mucho cariño, y cuando menos lo queríamos ya había que ir de nuevo al aeropuerto, unas cervezas más de pretexto y el avión ya aguarda. Afortunadamente Clara Haddad también vino al Festival de Bélgica y con ella de guía arribamos a mi siguiente destino en Europa: PORTUGAL.
Los previos al taller
Gracias a Clara Haddad en Portugal tenía programado un taller de dos días en la ciudad de Porto, taller que preparamos en conjunto con buen tiempo de anticipación y que dirigiríamos ambos por dos razones: (1) mis dudas con respecto al hacerme entender en español y (2) la leve intuición que compartía con Clara de las similitudes en nuestras propuestas sobre la narración oral. Durante el proceso de este taller nos dimos cuenta que en ambas ideas estábamos algo equivocados.
Me animo a creer que un taller o curso de narración oral no es algo que se pueda preparar de un día para otro, no es solo buscar un nombre atractivo, rimbombante o erudito, tampoco es llenar (o sobrellenar) un syllabus con un listado de ejes conceptuales, paradigmas y/o temas, ni es la suma de actividades o dinámicas unas tras de otras para dar la impresión de abarcar la mayor cantidad de aspectos sobre la narración oral (listado que después no se puede cumplir sino es pasando por cada punto tan rápidamente como si cruzáramos un rio caudaloso saltando y apoyándonos en las piedras que levemente se asomen en el agua) y a modo de conceptuar creo que ofrecer un curso o taller de narración oral implica la responsabilidad de poder sistematizar los conocimientos teóricos aprendidos, las habilidades desarrolladas y la práctica adquirida en escena (las que sostienen y dan forma a nuestro punto de vista de como experimentamos o entendemos por narración oral) y luego poder ordenarla, segmentarla con criterio y presentarla de tal forma que el tema que compartamos pueda ser en parte entendido, experimentado y vivido por quienes se hayan arriesgado y confíen en nosotros, dejando en claro que lo que compartimos es nuestra forma particular de ver este arte y profesión.
Y para este taller íbamos a combinar dos formas de ver la oralidad. Clara Haddad es actriz de teatro y televisión, coreógrafa y bailarina, y todas estas competencias le son ya propias en su persona, por lo que en su propuesta de narrativa oral destaca el trabajo del cuerpo, lo físico y lo expresivo (ojo que no es lo único que compone su labor), yo en cambio (W) he tenido algunas experiencias en la actuación, y a pesar que lleve cursos de danza moderna aún bailo con dos pies izquierdos y desde hace 10 años vengo explorando y trabajando la narración oral en varios enfoques, priorizando aspectos más subjetivos y socioculturales como: el investigar y recopilar narrativa oral peruana en general, las propias historias familiares, las diversas expresiones de la oralidad (no solo el cuento, mito y leyenda), el aspecto sanador de los cuentos, la somática (casi empíricamente), etc., reflexionado de como “la palabra” puede nacer desde una infinidad de relaciones íntimas que son desde mi punto de vista tan sustanciales (o más) como el desarrollo fino de una técnica. Además vengo de un fuerte proceso de más dos años de trabajo conjunto con mi socia Ángela Zignago, desarrollando nuestro proyecto de “la TrotaEscuela” donde fuimos explorando y descubriendo muchos aspectos de la narración oral y la metodología de como compartirla pedagógicamente, y en este proceso mucho momentos fueron compartidos casi intuitivamente, como decir: bastaba con mirarnos a los ojos y ya sabíamos por donde ir.
Algo que me hizo pensar en la similitud de ideas y el vínculo entre la mirada físico-expresiva de Clara y mi trabajo interno-subjetivo, fue el continuo intercambio de ideas previo que realizamos, generándome un clima de seguridad, más no así la propuesta de implementación, con una carga horaria de 16 horas distribuidas en dos sesiones intensivas de 8 horas cada una (con un tiempo para el refrigerio), lo cual desde mi perspectiva de trabajo interno, exploratorio, subjetivo, me sorprendió.
Sábado 24 de Abril, 2010
El desarrollo del taller, primer día… un largo día.
Llegamos temprano y pude conocer por fin el local de la famosa Livraria Salta Folhinhas, y quede encantado, es más que una librería infantil, es un espacio de arte, de imaginación y juego, donde sus dueños (María Teresa y José Cunha) casi como si fueran coleccionistas catadores de vinos, buscan, revisan, recomiendan y venden libros realmente hermosos, y hasta procuran conseguir algunos por cuenta propia si es que las editoriales locales no se los proveen. Allí los libros no son un objeto de ventas, son joyas que se comparten con amor. Además mantienen un espacio para el desarrollo de cursos y presentación de espectáculos de narración oral. Ya instalados en el área del taller, pensé que este no se realizaría, porque solo había una persona esperando, y ya en la hora del inicio del taller llegaron dos personas más y con ellos tres nos reunimos para comentarles que el cupo mínimo era de seis, por lo que era mejor cancelar la actividad y en eso … llegaron cuatro personas más :-P, pues que bien… a comenzar el taller! :D
Gracias a Clara Haddad en Portugal tenía programado un taller de dos días en la ciudad de Porto, taller que preparamos en conjunto con buen tiempo de anticipación y que dirigiríamos ambos por dos razones: (1) mis dudas con respecto al hacerme entender en español y (2) la leve intuición que compartía con Clara de las similitudes en nuestras propuestas sobre la narración oral. Durante el proceso de este taller nos dimos cuenta que en ambas ideas estábamos algo equivocados.
Me animo a creer que un taller o curso de narración oral no es algo que se pueda preparar de un día para otro, no es solo buscar un nombre atractivo, rimbombante o erudito, tampoco es llenar (o sobrellenar) un syllabus con un listado de ejes conceptuales, paradigmas y/o temas, ni es la suma de actividades o dinámicas unas tras de otras para dar la impresión de abarcar la mayor cantidad de aspectos sobre la narración oral (listado que después no se puede cumplir sino es pasando por cada punto tan rápidamente como si cruzáramos un rio caudaloso saltando y apoyándonos en las piedras que levemente se asomen en el agua) y a modo de conceptuar creo que ofrecer un curso o taller de narración oral implica la responsabilidad de poder sistematizar los conocimientos teóricos aprendidos, las habilidades desarrolladas y la práctica adquirida en escena (las que sostienen y dan forma a nuestro punto de vista de como experimentamos o entendemos por narración oral) y luego poder ordenarla, segmentarla con criterio y presentarla de tal forma que el tema que compartamos pueda ser en parte entendido, experimentado y vivido por quienes se hayan arriesgado y confíen en nosotros, dejando en claro que lo que compartimos es nuestra forma particular de ver este arte y profesión.
Y para este taller íbamos a combinar dos formas de ver la oralidad. Clara Haddad es actriz de teatro y televisión, coreógrafa y bailarina, y todas estas competencias le son ya propias en su persona, por lo que en su propuesta de narrativa oral destaca el trabajo del cuerpo, lo físico y lo expresivo (ojo que no es lo único que compone su labor), yo en cambio (W) he tenido algunas experiencias en la actuación, y a pesar que lleve cursos de danza moderna aún bailo con dos pies izquierdos y desde hace 10 años vengo explorando y trabajando la narración oral en varios enfoques, priorizando aspectos más subjetivos y socioculturales como: el investigar y recopilar narrativa oral peruana en general, las propias historias familiares, las diversas expresiones de la oralidad (no solo el cuento, mito y leyenda), el aspecto sanador de los cuentos, la somática (casi empíricamente), etc., reflexionado de como “la palabra” puede nacer desde una infinidad de relaciones íntimas que son desde mi punto de vista tan sustanciales (o más) como el desarrollo fino de una técnica. Además vengo de un fuerte proceso de más dos años de trabajo conjunto con mi socia Ángela Zignago, desarrollando nuestro proyecto de “la TrotaEscuela” donde fuimos explorando y descubriendo muchos aspectos de la narración oral y la metodología de como compartirla pedagógicamente, y en este proceso mucho momentos fueron compartidos casi intuitivamente, como decir: bastaba con mirarnos a los ojos y ya sabíamos por donde ir.
Algo que me hizo pensar en la similitud de ideas y el vínculo entre la mirada físico-expresiva de Clara y mi trabajo interno-subjetivo, fue el continuo intercambio de ideas previo que realizamos, generándome un clima de seguridad, más no así la propuesta de implementación, con una carga horaria de 16 horas distribuidas en dos sesiones intensivas de 8 horas cada una (con un tiempo para el refrigerio), lo cual desde mi perspectiva de trabajo interno, exploratorio, subjetivo, me sorprendió.
Sábado 24 de Abril, 2010
El desarrollo del taller, primer día… un largo día.
Llegamos temprano y pude conocer por fin el local de la famosa Livraria Salta Folhinhas, y quede encantado, es más que una librería infantil, es un espacio de arte, de imaginación y juego, donde sus dueños (María Teresa y José Cunha) casi como si fueran coleccionistas catadores de vinos, buscan, revisan, recomiendan y venden libros realmente hermosos, y hasta procuran conseguir algunos por cuenta propia si es que las editoriales locales no se los proveen. Allí los libros no son un objeto de ventas, son joyas que se comparten con amor. Además mantienen un espacio para el desarrollo de cursos y presentación de espectáculos de narración oral. Ya instalados en el área del taller, pensé que este no se realizaría, porque solo había una persona esperando, y ya en la hora del inicio del taller llegaron dos personas más y con ellos tres nos reunimos para comentarles que el cupo mínimo era de seis, por lo que era mejor cancelar la actividad y en eso … llegaron cuatro personas más :-P, pues que bien… a comenzar el taller! :D
Fueron siete los que iniciaron con nosotros esta experiencia, seis de ellos ya habían llevado un taller y/o tenían alguna experiencia narrando. La buena onda y la simpatía entre todos fue inmediata y comenzamos a desarrollar los temas y actividades propuestos, tejiendo lo previamente pensado hasta que en un momento nos dimos cuenta que deberíamos cambiar algunos puntos del taller, lo cual es siempre normal en este tipo de procesos.
Si bien antes mencioné el orden y la preparación previa como característica de un taller de narración oral, olvide algo importante… la capacidad de poder sentir, percibir e intuir por donde están las expectativas, necesidades y capacidades propias de los participantes del taller, las cuales pueden ser mejor atendidas con algo que no necesariamente hayamos considerado en el esquema inicial del taller. Es entonces donde la experiencia y el criterio de quien dirige el taller debe ser guía para modificar y reorganizar la propuesta de forma natural sin que esta pierda el rumbo ni el espíritu general de lo que buscamos trabajar.
Pero: ¿Qué pasa cuando los que dirigen el taller intuyen la necesidad de cambio, pero no necesariamente concuerden en la modificación a tomar?, es allí donde las lecturas distintas de un mismo hecho, basadas en nuestras propias y particulares experiencias de trabajo nos llevaron a una breve pausa, a un instante de sano conflicto, de reflexión por un punto de vista distinto, momento que es rápidamente superado por la confianza en la experiencia del otro a pesar que lo que se propusiera nos resultara ajeno a lo acostumbrado y esta sensación es realmente (a mi parecer) emocionante. Para ejemplificar esto: Ambos percibimos la necesidad de cambiar levemente el rumbo del taller, eligiendo para ello un nueva dinámica, pero ambos habíamos utilizado dicha dinámica pero para objetivos y fines diferentes! y estábamos seguros cada uno en su fe de que esa dinámica solo servía para lo que estamos acostumbrados.
Esos breves instantes fueron sorprendentes, divertidos y hasta anecdóticos, fue un sano ejercicio, donde tanto Clara como yo tuvimos que asumir lo que todos sabemos, “los que dirigimos un taller también estamos aprendiendo”, y así poco a poco fuimos aceptando el ritmo y el proceso que el mismo taller generaba y todo se iba hilando con sensibilidad, confianza, temor y valor.
Domingo 25 de Abril, 2010
Segundo y último día.
La lección del día anterior nos sirvió para replantear algunos objetivos, sobre todo porque ya vimos por donde estaba el proceso de cada uno de los participantes del taller. En el inicio de la mañana, en el espacio de Salta Folhinhas desarrollamos unos ejercicios más que queríamos compartir y luego nos dirigimos al Museo-Parque Serralves para almorzar y luego realizar la etapa final del taller.
El Parque Serralves parece un bosque en medio de Porto, en sus extensas áreas hay fuentes, caminos, jardines, bosques, etc. y es utilizado por los visitantes (en general familias) para pasar el domingo. Y en sus bellas áreas verdes realizamos unas dinámicas más para reforzar unos planteamientos originales, y encontramos una zona en especial que parecía una pequeña casa hecha de arbustos, era mágico y muy íntimo, ideal para un buen cierre, y allí compartimos más, de verdad que fue muy emocionante dirigir a un grupo donde todos estábamos tan conectados y con los corazones tan abiertos en grupo… y tocaba ahora cerrar el proceso, contar un cuento y lo íbamos a hacer en ese espacio íntimo, pero entre Clara y yo nos dijimos “porque no aprovechamos que hay personas en el parque y les narramos los cuentos a ellos” y es que en verdad yo creo que nadie enseña a nadie a contar cuentos, el contar historias es algo que se aprende contando… y así fue, les propusimos a los chicos dejar este espacio íntimo y buscar esa urgencia de contar que tiene el narrador oral y compartir unas historias con las personas que hayan ido el domingo a Serralves. Hubo un asombro inicial entre todos ellos, pero pasaron rápidamente a la acción, entre todos ubicamos un espacio ideal, unas escalinatas que podrían servir de gradas y ahora tocaba convocar al público, Ah! Pero había una consigna: el que no se sintiera listo para contar en público que no lo hiciera. Al final de los 8 presentes 6 decidimos narrar.
Se hizo una ronda donde todos participaron, incluso los que no contarían estaban más que presentes, parecía que todos teníamos un hilo invisible que nos tenía a todos unidos y coordinados. Fue genial, tantas ganas de compartir, tantas energías diferentes pero juntas en este arte, arriesgando, explorando, compartiendo, contado desde el corazón y cuando se narra así no hay persona que no pueda dejar de escuchar y los caminantes de Serralves se volvieron en el público del taller, había gradas llenas :D:D:D.
Cuando se acabó de contar, las personas aplaudieron, agradecieron el inesperado momento de cuentos (que creo duro como una hora) y procedieron a retirarse despidiéndose de nosotros. Cuando nos quedamos solos, es decir sin el inesperado público, hubo una sensación extraña, fue como si todo hubiera pasado demasiado rápido, todos querían contar más y nuestra respuesta fue sencilla: “quieren contar más, bueno entonces a convocar a las personas” y todos de nuevo pasando la voz, invitando a las personas y otra vez, las gradas se fueron llenando y nació una segunda ronda de cuentos!!! Esa es la urgencia de contar!
Pero: ¿Qué pasa cuando los que dirigen el taller intuyen la necesidad de cambio, pero no necesariamente concuerden en la modificación a tomar?, es allí donde las lecturas distintas de un mismo hecho, basadas en nuestras propias y particulares experiencias de trabajo nos llevaron a una breve pausa, a un instante de sano conflicto, de reflexión por un punto de vista distinto, momento que es rápidamente superado por la confianza en la experiencia del otro a pesar que lo que se propusiera nos resultara ajeno a lo acostumbrado y esta sensación es realmente (a mi parecer) emocionante. Para ejemplificar esto: Ambos percibimos la necesidad de cambiar levemente el rumbo del taller, eligiendo para ello un nueva dinámica, pero ambos habíamos utilizado dicha dinámica pero para objetivos y fines diferentes! y estábamos seguros cada uno en su fe de que esa dinámica solo servía para lo que estamos acostumbrados.
Esos breves instantes fueron sorprendentes, divertidos y hasta anecdóticos, fue un sano ejercicio, donde tanto Clara como yo tuvimos que asumir lo que todos sabemos, “los que dirigimos un taller también estamos aprendiendo”, y así poco a poco fuimos aceptando el ritmo y el proceso que el mismo taller generaba y todo se iba hilando con sensibilidad, confianza, temor y valor.
Domingo 25 de Abril, 2010
Segundo y último día.
La lección del día anterior nos sirvió para replantear algunos objetivos, sobre todo porque ya vimos por donde estaba el proceso de cada uno de los participantes del taller. En el inicio de la mañana, en el espacio de Salta Folhinhas desarrollamos unos ejercicios más que queríamos compartir y luego nos dirigimos al Museo-Parque Serralves para almorzar y luego realizar la etapa final del taller.
El Parque Serralves parece un bosque en medio de Porto, en sus extensas áreas hay fuentes, caminos, jardines, bosques, etc. y es utilizado por los visitantes (en general familias) para pasar el domingo. Y en sus bellas áreas verdes realizamos unas dinámicas más para reforzar unos planteamientos originales, y encontramos una zona en especial que parecía una pequeña casa hecha de arbustos, era mágico y muy íntimo, ideal para un buen cierre, y allí compartimos más, de verdad que fue muy emocionante dirigir a un grupo donde todos estábamos tan conectados y con los corazones tan abiertos en grupo… y tocaba ahora cerrar el proceso, contar un cuento y lo íbamos a hacer en ese espacio íntimo, pero entre Clara y yo nos dijimos “porque no aprovechamos que hay personas en el parque y les narramos los cuentos a ellos” y es que en verdad yo creo que nadie enseña a nadie a contar cuentos, el contar historias es algo que se aprende contando… y así fue, les propusimos a los chicos dejar este espacio íntimo y buscar esa urgencia de contar que tiene el narrador oral y compartir unas historias con las personas que hayan ido el domingo a Serralves. Hubo un asombro inicial entre todos ellos, pero pasaron rápidamente a la acción, entre todos ubicamos un espacio ideal, unas escalinatas que podrían servir de gradas y ahora tocaba convocar al público, Ah! Pero había una consigna: el que no se sintiera listo para contar en público que no lo hiciera. Al final de los 8 presentes 6 decidimos narrar.
Se hizo una ronda donde todos participaron, incluso los que no contarían estaban más que presentes, parecía que todos teníamos un hilo invisible que nos tenía a todos unidos y coordinados. Fue genial, tantas ganas de compartir, tantas energías diferentes pero juntas en este arte, arriesgando, explorando, compartiendo, contado desde el corazón y cuando se narra así no hay persona que no pueda dejar de escuchar y los caminantes de Serralves se volvieron en el público del taller, había gradas llenas :D:D:D.
Cuando se acabó de contar, las personas aplaudieron, agradecieron el inesperado momento de cuentos (que creo duro como una hora) y procedieron a retirarse despidiéndose de nosotros. Cuando nos quedamos solos, es decir sin el inesperado público, hubo una sensación extraña, fue como si todo hubiera pasado demasiado rápido, todos querían contar más y nuestra respuesta fue sencilla: “quieren contar más, bueno entonces a convocar a las personas” y todos de nuevo pasando la voz, invitando a las personas y otra vez, las gradas se fueron llenando y nació una segunda ronda de cuentos!!! Esa es la urgencia de contar!
Luego de esta segunda ronda, todos ya estábamos satisfechos y era momento de cerrar el taller, repasamos las ideas, sensaciones y pensamientos que tuvimos en estos dos intensos días y quedo la propuesta de seguir contando en este espacio que habíamos descubierto. Guardo bellos recuerdos de este grupo: Ana, Carla, Carlos, Carolina, Eduarda y Rui, les tengo un gran agradecimiento a cada uno por la confianza que nos brindaron y espero poder volver a compartir taller o espacios de narración con ustedes y un agradecimiento especial a Clara Haddad que sin su intermedio no habría conocido a este bello grupo de soñadores, espero volver a dictar un taller juntos, aprendí mucho, muchísimo de esta experiencia. Muchas gracias Portugal, nos veremos de seguro en nuestros caminos. :D
Puedes ver más fotos en estos enlaces:
Album Picasa: http://picasaweb.google.es/wayquicuentos/2010042325PORTUGAL?feat=directlink
4 comentarios:
que penita no poder estar en portugal para asistir a tu taller!!!! cuando estaras por Baires asi nos vemos en alguna que otra clase???
(Facebook)
Eso!
MUCHAS FELICIDADES. ME IMPRESIONAN MUCHO TODOS LOS CAMINOS QUE TROTAS CON TUS CUENTOS...Y ADEMÁS LOS COMPARTES. GRACIAS
Olá Wayqui!
É bom ver notícias tuas.
Fico feliz por teres gostado assim tanto da experiência cá no Porto em Portugal.
Senti que aprendi muito nesse fim de semana e que cresci bastante quer como contador quer como pessoa. Apercebi-me do que melhorei e do que posso ainda vir a aperfeiçoar. O crescimento é algo orgânico e constante.
Tenho a agradecer, do fundo do coração, todos os conhecimentos que a Clara e o Wayqui partilharam connosco e também, a troca de experiências entre alunos que foi bastante enriquecedora. Obrigado a todos.
Sem dúvida que foi um dos melhores workshops a que já assisti.
Quando vieres ao Porto avisa.
Terei todo o gosto em voltar a partilhar uma sessão de contos workshop ou um café contigo.
Abraço,
Rui Ramos
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